miércoles, 21 de agosto de 2013

Como si no estuvieras aquí







No tendrás ganas de tomar café esta mañana ni yo de no irme,
el cielo es tan sangrante, sucio, bañado de una furia salvaje,
con nubes como coches de un deshuesadero,
mientras escucho en silencio el polvo que cae sobre mis manos,
el escozor amarillo de las pequeñas partículas que salen
de tu sueño.
No tendrás ganas de deshollar con tus uñas largas la piel oscura
del cielo,
ni de verme a los ojos para saber si estas allí
o de sumergirte con la cabeza puesta para ver un comercial de
televisión,
no tendrás ganas de odiarme mas de lo debido,
ni de decirme cosas que hablen salvajemente de aquello que fue
hermoso,
yo, tu, el cosmos antediluviano, la arribazón de tortugas en la playa
y nuestro amor encima, con sus rayos cayendo
hacia la cama.
Espero en la puerta de la cocina,
quisiera decirte algo importante,
simplemente ven, asómate a mirar, mira,
la silueta del amanecer subiendo por los edificios,
nuestro amor amontonado en el cesto de la ropa sucia
y tu piel tan tibia que conmueve,
yo, antes de ser tu,
y da miedo pensar que hoy somos tan pobres
como el papel de un sobre que tuvo una carta de amor adentro.

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